La dictadura es una forma de gobierno en la cual el poder se concentra en torno a la figura de un solo individuo, generalmente a través de la consolidación de un gobierno sin reconocimiento jurídico, asumido por medio de la fuerza, carente de reconocimiento formal de los mecanismos legales y propenso al ejercicio arbitrario del poder en beneficio de la minoría que lo apoya, además de instituirse procedimientos que impiden la posibilidad de que la oposición llegue al poder.
Si bien actualmente no se puede hacer uso exacto del termino dictadura para algunos gobiernos, es evidente las enormes coincidencias que se presentan, incluso teniendo el aval de un enorme grupo de ciudadanos, lo cual no brinda claridad entre la línea que separa las actuales “democracias” de evidentes poderes dictatoriales.
Las constantes modificaciones constitucionales, solo demuestran el enorme poder de un gobierno para lograr legitimidad en su búsqueda de ejercer el poder a través de mecanismos que no se ajustan a la legalidad existente, haciendo uso útil de vacios en las normas, pero con un claro objetivo, el de perpetuar un individuo en el poder.
El enaltecimiento del gobernante se logra de forma propagandística, buscando más que el apoyo de las masas, su sometimiento. Sin el objetivo de realizar grandes cambios sociales, sino simplemente imponer su poder y la concentración de este en una sola figura o grupo político reducido, llegando incluso al culto sobre la personalidad del líder. Igualmente la justificación de cualquier medida económica, social o política, empleo del sometimiento a través de la fuerza policial, militar o de otros grupos de seguridad, aislamiento de la oposición por medio de propaganda política, amenazas o seguimientos en búsqueda de acallar ideas contrarias al gobierno dictatorial, llegando al extremo del adoctrinamiento y modificación de ideales.