martes, 15 de septiembre de 2009

LA TERCERA GUERRA MUNDIAL: UNA LUCHA POR LOS RECURSOS NATURALES

Guerras por petróleo, por el agua, guerras por la tenencia de la tierra, desplazados, hambre, mutilados, huérfanos, desnutrición, intolerancia, un planeta cada vez mas hostil, cambios climáticos extremos, esta es la cara de nuestro mundo y la lucha desaforada por la supervivencia apenas comienza, dejando a su paso una larga línea de sangre y destrucción.
Sabemos hoy, que donde hay petróleo, siempre hay conflictos, pero estos se extenderán ante cuando sobrevenga escases de alimentos y agua. La tierra y el poder que genera poseerla, ha sido otro gran generados de injusticias y el poder que otorgan las armas será enfilado contra aquellos pobladores de regiones ricas en recursos.
Llegará el momento en que toda invasión será justificada, todo conflicto se presentara como la medida necesaria, tras una noble causa y las naciones subdesarrolladas serán manipuladas por las grandes potencias, la globalización convirtió todo en mercancía, aun la dignidad, al vida y los derechos fundamentales, esto acompañado de los grandes cambios climáticos que provocaran hambrunas en múltiples regiones, cambiará el mapa político y económico del mundo.
El futuro del mundo es poco prometedor y lejanamente reversible, estamos en un camino de coalición contra aquello que mas tememos nosotros mismos y nuestra enorme capacidad de indolencia, de destrucción.
Detrás de los acuerdos militares, de las ayudas contra la pobreza y el terrorismo se esconde la verdad simple, el camino esta allanado, para el caos, cuando el mundo sea incapaz de sostener a miles de millones de seres humanos, aquellos con el poder y las armas, serán llamados a dominar; al final solo quedaran las ruinas de una civilización que pese a tantos avisos, optó por su autodestrucción, antes que doblegar su orgullo, el orgullo de ser llamados hijos de Dios.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

LA VIOLENCIA HECHA CULTURA

La violencia al interior de las familias en algunos casos comprende maltrato psicológico, emocional, físico, castigo, intimidación, aislamiento, incluso abuso sexual; pero estas conductas violentas son modelos aprendidos, derivados de carencia afectiva, falta de autocontrol o mala comunicación al interior de la familia, agravados en algunos casos por abuso de alcohol, drogas, problemas de juego, laborales o sociales.
Termina entonces convirtiéndose la violencia en la ruta de escapa emocional a una serie de factores psicosociales.
Para todo individuo resulta penosa y traumática la vida familiar y social cuando no se recibió afecto desde los primeros años, los cuales definen en buena medida el comportamiento de un individuo durante toda su vida, los golpes que hieren a un ser humano no solamente son físicos, sino que afectan también su mente y esas heridas afectaran sus relaciones futuras.
Esta ruptura familiar y social en la comunicación se traslada a la comunidad, a la sociedad y se convierte en cultura, la cultura de la violencia, de la corrupción, del rechazo.
Como sociedad, pero sobre todo como familia debemos hacer un profundo análisis sobre la relación que llevamos con nuestros seres queridos, hijos, pareja, padres y hermanos, pues indudablemente lo que esta manando de nuestra boca y nuestros corazones es el la materia prima con la que estamos moldeando nuestro país.

domingo, 6 de septiembre de 2009

LA BANALIZACIÓN DE LA VIOLENCIA

Un factor socializador, promotor de la convivencia, valores culturales, y conciencia social son los medios de comunicación, entre ellos la televisión e internet. Pero que tan compatible es la libertad de expresión y la protección a la comunidad.
La cultura de violencia deriva de diversos factores, sociales, biológicos, psicológicos, familiares, ambientales culturales y demás; sin embargo, el papel de los medios de comunicación cumple su parte cuando se deja tentar simplificando su función a la simple utilidad económica, proliferando escenas violentas, culto a la corrupción y homenajes a personajes siniestros de la historia de un país, todo esto en horarios familiares.
La globalización de los medios de comunicación como internet y televisión ha permeado el interior de la familia con comportamientos culturales ajenos a una región determinada, que se asumen como actitudes normales y aplicables a la propia realidad, los cuales no siempre están acorde con nuestra cultura y forma de pensar.
La falta de calidad en la información que estamos recibiendo, la indiferencia ante la muerte y la violencia, y las posturas gubernamentales y familiares extremas, están generando un efecto contaminante que germina en forma de conductas violentas en individuos predispuestos a ella.
Hasta hace poco ver imágenes violentas y comportamientos injustos y abusivos generaban estupor, hoy ni siquiera estremecen o incomodan. Es momento que los medios de comunicación cumplan con su labor de contribuir al crecimiento de una comunidad pacifica, con valores y ética, dejando de lado el comportamiento codicioso y la obsesión por el rating.

jueves, 3 de septiembre de 2009

CUANDO DEBEMOS DECIR ADIOS

Cuando las personas deciden dar por terminada una relación estable y de muchos años o reciente y repleta de expectativas, la sensación de perdida y vacio es siempre inevitable, sin embargo no debemos asumir que ha sido un “ fracaso”, recordemos que los fracasos no existen y cada experiencia por dolorosa que la consideremos en un momento determinado, con el tiempo revela su verdadero aspecto como una experiencia enriquecedora.
Cuando se decide dar por terminada una relación, es el momento apropiado para reencontrarse consigo mismo, para convertirnos en nuestros mejores aliados, consejeros y amigos y redescubrirnos, recordando aquello que siempre disfrutamos como individuos y no como pareja.
Todos sabemos cuando una relación ha llegado a su punto de no retorno y por difícil que consideremos la decisión esta debe ser tomada, de manera decida y con la convicción de no dar marcha a tras, pues esto solo aumentara el dolor que estemos sintiendo, es el momento de entregar todo ese amor que sentimos a nosotros mismos, agradeciendo a la otra persona por haber compartido sus ideas, tiempo, afecto, momentos y recordando los aspectos positivos de esa relación y las razones por las cuales es indispensable dejarle ir y continuar nuestro propio camino.
Reunirse con familiares y amigos, no para desahogar el dolor, sino por el contrario para reactivar la vida social, que inevitablemente se ve un poco frenada de manera voluntaria durante una relación, realizar también actividades que distraigan la mente y tornarnos mas creativos.
Aprender a aceptarnos y querernos es el primer paso hacia relaciones sanas y enriquecedoras, que aunque no permanezcan ahí para siempre, si dejaran una larga lista de logros a nivel personal y emocional.