El éxito no debe percibirse como el esfuerzo de empacar maletas para un viaje a ninguna parte, o como la escalada de una alta montaña usando solo nuestras manos. Prueba de esto es la incontable cantidad de personas iguales a usted que han alcanzado sus metas y objetivos. Nadie nace simplemente exitoso o con “buena estrella”.
Darse la oportunidad de alcanzar los sueños, es un deber con nosotros mismos y no necesariamente se trata de autos lujos u oficinas “imposibles” sino de alcanzar la armonía que permite despertar cada mañana con una sonrisa dibujada en los labios.
Abordar aquella nave que conduce a nuestros objetivos no es tan tortuoso como puede imaginarlo, ni el tiquete al triunfo es un billete dorado impagable. Lo que sí es cierto, es que la garantía de alcanzarlo depende de su propia motivación, convicción y entusiasmo. Si usted consigue convencerse de ello, de seguro llegará mas lejos de lo que alguna vez imaginó. Solo requiere retomar esas ideas y proyectos que fue desperdigando por el camino, porque en algún momento concluyó que eran inviables y darse cuenta que aquello por lo cual palpita su corazón, es en cierto modo la razón por la que usted se encuentra en este lugar, está vivo y lleno de expectativas. Así que practique cada día, el ejercicio de potenciarse a sí mismo, de fortalecerse y exigirse cada a cada instante, la recompensa será lo que siempre anheló. Créalo usted se merece lo mejor!
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