El aprendizaje social es un proceso observacional, en el que se toma un modelo comportamental y se imita. Nuestra especie básicamente, aprende de esa forma las conductas determinadas, que luego hacen parte integral de la sociedad en general.
La observación determina el aprendizaje. Es un proceso de imitación donde el entorno social y el comportamiento son recíprocos. Este proceso de aprendizaje parte de la habilidad de nuestra mente para archivar imágenes y lenguaje. Por ende entornos competitivos tenderán a formar un carácter competitivo en las personas. Efectos estos que se acentúan desde los primeros años de infancia.
Claro está que es el individuo quien decide, si lo observado será imitado o no, y depende también de factores personales como: motivación, capacidad de atención y de asimilación.
Sin embargo, algunos estudios demuestran que la conducta social diluye la individualidad y hace que las personas cedan fácilmente, ante cualquier tipo de tendencia o presión social. Aun cuando en algunos casos vaya en contra de la propia lógica. El comportamiento de masas a veces resulta irracional.
Es importante no conformarse con la norma, ser crítico y evaluar si la influencia de otros, está modificando la conducta; para integrar por fuerza la de todo un grupo, incluso en contravía de las propias creencias.
Por ejemplo, usted no debería reír por un chiste que no considera gracioso, simplemente por que los demás ríen. Por el contrario, debe tomar conciencia de si mismo dentro de la conducta grupal; hacer un paréntesis, reflexionar y decidir.
A veces es necesario ir contra la norma, por supuesto, sin dañar a otros ¿Sabe usted como se les llama a quienes lo hacen? PERSONAS EXITOSAS.
El poder que tiene la presión social arrastra la conducta a una continua e inexplicable imitación. Por eso aunque su respuesta pueda parecer incorrecta dentro del concepto general, no tema exponerla, en muchos casos será la correcta.
Las personas fácilmente ven la realidad como la ven los otros, incluso si su concepción es totalmente errada. La realidad se forma como el resultado de una suma colectiva, pero de seguro existen otras realidades, algunas de ellas ampliamente funcionales.
Debemos percibir el mundo con nuestros propios sentidos; movernos hacia donde queremos, no a donde nos dirige la multitud. El deseo de pertenecía a un grupo, no es excusa para someterse ni perder el concepto de individuo.
Recuerde que para poder avanzar, a veces tendrá que dar la espalda.
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