miércoles, 30 de enero de 2013

Vivir Inteligentemente


Ir en busca de la novedad, el desafío, ser creativo; perseverante y encajar dentro de un modelo de sociedad, siendo en este, una de las cabezas visibles  Logra por si mismo que una persona enfile sus pasos por el sendero del éxito.  
Si usted es de los que ha decidido destacarse y salir de la rutina de verse como “uno más” al interior del modelo social, debe practicar de manera constante estas destrezas, tanto como le sea posible. Llegar a regirse por esta directiva de vida.
Recuerde: novedad, desafío, creatividad, perseverancia y sociabilidad. Llevadas a su nivel máximo, lo conducirán a donde probablemente siempre había anhelado llegar.
Las personas exitosas son inquietas, viven ocupadas en múltiples actividades, y siempre están en busca de nuevos retos que conllevan a nuevos dominios y por ende a un incremento de los diversos tipos de inteligencia. En ellos esto se hace hábito y finalmente personalidad.
La apertura a nuevas experiencias, la extraversión, la búsqueda constante de información, el constante aprender, activan zonas neuronales y a su vez crean nuevos senderos de comunicación al interior del cerebro, es decir, empiezas a hacerte más inteligente y dispuesto al aprendizaje.
Si algo te hace sentir que toda esta labor y proactividad será desgastante, no te preocupes para el momento en que hayas decidido dar ese giro; la dopamina de tu cerebro ya se habrá puesto en marcha y solo querrás saciar tu sed de conocimiento y experiencias. Te sentirás motivado y con mayor capacidad cognitiva.
Literatura, pintura, cine, cocina; música, tecnología, ciencia. Adéntrate en ese ingente mundo de saber y serás una persona distinta.
Establece todo el tiempo nuevos desafíos, retos a tu conocimiento; incrementa tu cultura general, tu capacidad atlética. Tu habilidad para los juegos de memorización, test, sudoku, crucigramas, tetris y demás. Estos sencillos ejercicios incrementan la energía de tu cerebro y mejoran las conexiones neuronales en el.
Pero no olvides que al hacerte experto en cualquier tipo de tarea, deberás buscar de inmediato otros retos que eviten la dispersión de tus nuevas destrezas; esto en razón que una vez tu cerebro se hace hábil en algo, tiende a utilizar menos recursos en la aplicación de esa habilidad que domina plenamente. Lo cual se traduce, como ocurre con algunos estudiantes, en desidia académica al no encontrar nuevos campos de acción, que requieran un verdadero esfuerzo y sean objetivos retadores.  
Por ende debes mantenerte en constante movimiento, aplicarte en lograr lo que quieras. Y es ahí donde harás uso de tu creatividad hasta dominar el pensamiento divergente, es decir, la capacidad para ver las dos caras de la moneda y poder alternar libremente entre ambas; lo que te permitirá generar ideas originales. En este tipo de entrenamiento es de gran ayuda la lectura.
Hasta ahora vas perfeccionando las conexiones de tu cerebro y haciéndote mas inteligente, ya sabrás que a lo largo de todo este proceso, es la perseverancia lo que te ha llevado a un nuevo punto y tendrás que seguir practicándola todo el tiempo. Maximizándola en la misma medida que lo haces con tus otras habilidades.
Esencialmente habrás iniciado a mejorar tu capacidad para enfrentar  tareas y situaciones que vas a enfrentar a lo largo de tu vida. Desarrollando la facultad de obtener información más fácilmente, de encontrar el aprendizaje divertido, y transmitir el conocimiento a diversas áreas de desempeño.
Recuerda que tu cerebro requiere de ejercicio, de usar sus habilidades para resolver problemas; su inteligencia espacial, capacidad lógica, destreza cognitiva, para poder mantenerse saludable.
Para finalizar, el relacionarte con nuevas personas, conceptos y entornos, abre el camino a nuevas oportunidades de crecimiento. Vincularte con personas que, incluso, estando  fuera de tu campo de conocimiento, te darán la oportunidad de conocer otros puntos de vista que podrías no haber tenido en cuenta.  
El vivir inteligentemente no es otra cosa que  aventurarse a nuevas experiencias de aprendizaje y tomar esa información haciéndola útil.

viernes, 25 de enero de 2013

Evolución Mental y Autoconocimiento


Buscando el bien de nuestros semejantes, encontramos el nuestro.
Platón.


En los procesos biológicos que se suceden al interior de la naturaleza, los seres vivos se desarrollan desde su nacimiento hasta alcanzar la madurez por medio de grandes cambios estructurales y fisiológicos. En el hombre no es diferente. Sin embargo, tan importante como esto, es la otra capacidad de la que está dotado; la de cambio y evolución de su conciencia, su inteligencia emocional. Y al igual que en la genética, la capacidad de convertirse en un símbolo de cambio, crecimiento y transformación.
No ha y estados mejores ni peores en la vida de una persona, simplemente, la vivencia de diversos procesos de aprendizaje, su camino a la evolución. En esta etapa cada uno de nosotros será diferente, lo importante es advertir el punto en el que estamos y aquello que podríamos ser en el futuro, a medida que las diversas experiencias nos enriquecen.
De forma consiente o no, estamos adquiriendo conocimiento constante, avanzando hacia otra fase de nuestra vida por los caminos que vamos eligiendo; y en los cuales a veces caminamos muy rápido, otras no tanto. Lo esencial es seguir andando.
Como el agua de un manantial la vida corre y el día de hoy, jamás volverá a repetirse. Este es el principio universal del movimiento constante, por el cual nos regimos.
Los cambios a lo largo de nuestra existencia nos llevan de niños a adultos en un instante apenas perceptible, y pronto nos vemos avocados a tomar las riendas de nuestra vida, con los resultados que ello deriva. Decisiones, sueños y expectativas que no persiguen otro objetivo que alcanzar la armonía, la satisfacción y el éxito. Claro, todo esto exige un esfuerzo por salir del molde, por evolucionar emocionalmente.
Cuanto mayor es esa evolución, más asertivos, optimistas, perspicaces y conscientes somos. Como resultado, estamos en armonía con los demás, desarrollando una conducta altruista, responsable, instruida y consecuente.  Por ende nos sentiremos satisfechos y de esa satisfacción deriva una mayor  capacidad de servicio a otros.
Este proceso de maduración mental, nos permite alcanzar la mejor versión de nosotros mismos. La diferenciación que nos permite alcanzar lo que a priori, buscamos social, laboral y familiarmente: ser respetados, queridos y aceptados.
Edificar la personalidad desde esa conciencia de evolución, fortalece la autoestima, y a la vez conlleva alcanzar el estatus que buscamos, el éxito, la tranquilidad,  la felicidad y un alto autoconcepto.
Evolucionar es fundamental para la supervivencia de la mayoría especies, máxime para el ser humano; quien además de su entorno natural, ha construido una intrincada conexión social a su alrededor. Fundamentada principalmente sobre la base de sus emociones.
Y es la satisfacción de esas necesidades emocionales, lo que nos obliga al movimiento constante. A su vez, cuando logramos complacer algunas de ella, aparecerán otras, esta es una constante de la naturaleza humana.
Empero, en el fondo, toda esta búsqueda no es otra que la del autoconocimiento y la autotransformación. El camino hacia un estado armónico, en el cual la satisfacción de necesidades no dependa de una valoración materialista de nosotros mismos; sino del respetarnos, amarnos y fortalecernos mental y espiritualmente. Es ahí cuando nos liberamos del yugo de la apariencia y desdeñamos inseguridades y miedos, para alcanzar un estado evolutivo de plena conciencia. Abrimos los ojos y entendemos la razón de estar aquí.

martes, 22 de enero de 2013

Alegrarse y celebrar la Vida


Hoy decidiste alegrarte la vida liberándote de aflicciones y culpas, y en buena medida lo has logrado.
Te diste cuenta que no siempre tienes la razón y que además del negro y el blanco, existen también otros matices en la vida. Que las demás verdades también son valederas y que puedes ponerte en los zapatos de otro; que a veces puedes ajustarte a la norma y aprender de ello,
Hoy te diste cuenta que puedes ayudar a otros, sin incluirte de lleno en sus conflictos, y que las cosas a veces son menos trascendentales de lo que imaginas. También aprendiste a ver el lado positivo de todo, este día te alejaste de trivialidades y obsesiones e intentaste resolver las dificultades con una sonrisa y aquello que no conseguiste, lo dejaste en un punto que te permitirá lograrlo mas adelante. Hoy te perdonaste, te diste cuenta que realmente no llevas tantas culpas a cuestas; dejaste de autocompadecerte y te hiciste fuerte; no culpaste a otros de tus cuitas, por el contrario, las enfrentaste con donaire, superando cada una de ellas. Este día no llenaste tu morral psicológico de cargas que no eran tuyas, y las que había las sacaste y dejaste a un lado, para seguir caminando mucho mas liviano. Hoy te reuniste con personas llenas de arrojo y valentía, y esquivaste a los quejumbrosos, que sienten que les quedó grande la vida, aun así también a ellos pudiste dar un consejo, cuando estuvieron enfrente tuyo. Este día te olvidaste del pasado y sanaste tus heridas, dejaste de añorar aquello que fue tan bello y entendiste que también ahora, puedes construir un mundo casi perfecto; agradeciste las relaciones, las amistades y los consejos. Y diste vuelta a la pagina para imbuirte en esa que señala al futuro, sin embargo, disfrutaste de todas las pequeñas cosas, sin obsesionarte con el mañana; dejaste a un lado el recelo y viviste nuevas experiencias,. Agradeciste por tu vida y tus triunfos y caminaste por un camino de nuevos retos y aventura, sin plantearte utopías inalcanzables. Calculaste siempre el mejor de los escenarios y aun cuando no salió como esperabas seguiste con la frente en alto, en busca de tus objetivos. Fuiste fiel y consecuente con  lo que querías, manteniendo intactos tus sentimientos; usando los vientos a tu favor, siguiendo a veces su ruta y otras esforzándote por ir en contravía. Cultivaste y fortaleciste tus virtudes, preguntaste a quien sabía como podías hacerlo mejor; ayudaste y aportaste tus ideas, buscando siempre nuevas soluciones. Fuiste altruista y caminaste por ahí regalando sonrisas.
Felicidades. Hoy hiciste todo lo posible por alegrarte y celebrar la vida.

Viviendo en la Ley de Causa y efecto


Si siembras un gran árbol bajo un tejado, probablemente, este crecerá torcido y marchito, al no tener espacio ni luz donde crecer.
En la vida social, familiar y laboral nada es fruto del azar, siempre existirá una relación entre lo que hiciste y lo que vendrá enseguida. La suerte es solo un concepto. Quien juega lotería tendrá oportunidad de alcanzar un premio, quien no lo hace simplemente no ganará, tan simple como eso. El azar es en ocasiones la justificación para encubrir la realidad de nuestros desaciertos o incluso de nuestros grandes aciertos. Tan razonado que pareció convertirse en una norma de vida. Pero la realidad es que toda causa genera un efecto y todo efecto tiene origen en una causa.
 Algunos lo ven como un “ajuste” de los pendientes para retornar a la armonía, como la compensación a las faltas cuando desconocías lo que sabes ahora. Empero, es preferible tomarlo como un aprendizaje. Por ejemplo: si estudias tendrás más oportunidades que otros, si eres decidido el éxito llegará y jamás te comparares con un puñado de “afortunados” que no hicieron nada y lograron algo. Recuerda que vives en un mundo de más de siete mil millones de habitantes, ya debes saber como es eso. Esfuérzate cada día por hacer las cosas de la mejor manera, olvida el azar y las intenciones de otros; si te hundes en arenas movedizas, la única manera de salvarte será tu propia habilidad. La vida no es un proceso correctivo en el que vas saldando tus cuentas. Eres un ser humano, la especie más hábil del planeta, y eso es suficiente para hacer las cosas bien.
Date cuenta de la correlación armónica entre tus vivencias, y las causas que las provocan y a veces crees ocultas, pero saltan a la vista. Si eres honesto, todos te creerán, si eres solidario, probablemente siempre cuentes con alguien que apoye tus proyectos. Si sabes dar amor y libertad, siempre tendrás a alguien a tu lado, si eres afectuoso recibirás el afecto de otros. Estas son leyes de la vida que saltan a la vista, por favor no intentes cambiarlas. Plantea cada experiencia como un proceso de crecimiento, sé honesto, olvídate de vivir en un lugar de fantasías que no tiene cabida dentro del mundo real. Enfócate en descubrir las causas no solo de tu pesadumbre, sino también de tu alegría, modifica unas y fortalece otras.
Enfrentas inconvenientes ¡por supuesto! ¿Quién no los tiene?
Si en tu vida fuiste ordenado, fiel, altruista, sincero; diligente, generoso. Desde ahora sabes que eso traerá una consecuencia positiva en tu vida, incluso así, aprende de esta experiencia y mejora.  
Acepta de igual forma los reveses e identifica la causa de ellos. La vida a veces te presentará conflictos, que sin duda disminuirán ostensiblemente si eres una buena persona. No justifiques tus malos hábitos, y peor todavía no los endoses a otros; tampoco vayas por el mundo dándote golpes de pecho. Mejora, siempre mejora.
El objetivo de la vida es ser mejor, crecer, cambiar como una planta que siendo una pequeña semilla, crece fuerte para dar frutos y sombra. Toma todo aquello que te hace sufrir y utilízalo en tu favor, ya deja de quejarte, solo consigues molestar a otros y a ti mismo.
Toma las oportunidades y si las dejas pasar, entiende que habrá una consecuencia, del mismo modo que cuando las aprovechas, el resultado es positivo. No repitas tus desaciertos, una sola vez debería ser suficiente. Seguramente será doloroso, pero de ese modo iras aprendiendo.
Siempre que haya armonía en tu interior, se verá reflejado en tu exterior. Nadie nace colérico, celoso, descortés, amargado, malintencionado; ningún ser humano es así al nacer y solo los que van con una venda por el mundo creen que son rasgos de personalidad.  Vive en armonía y la consecuencia de ello será regocijo y alegría
Así como no comes para un solo día, tampoco dejes de aprender todo el tiempo, y aplicar los nuevos conocimientos. No desdeñes ninguna enseñanza, aunque en ciertos momentos parezca doloroso.
Cuando consigas afinar tu conciencia y aceptar toda condición con serenidad, hallarás la armonía en las mismas situaciones donde antes encontrabas frustraciones.
Si eres una buena persona, no tendrás que exigir a otros que lo sean, esto llegara por añadidura. Toda respuesta a nuestro presente se encuentra inscrita en el pasado. Cada pensamiento o intención terminará volviéndose en contra o a favor tuyo.
Cada cosa que sembraste tendrás que recogerla tú mismo, aunque des mil vueltas para no hacerlo.
No te niegues a ver lo evidente, no es destino ni  azar, lo que actualmente estás viviendo es la consecuencia justa de tus actos, y debes vivirlo para seguir aprendiendo.  
Es cierto que podrías planificar tu futuro si leyeras mejor cada cosa que hiciste antes. Que tu vida puede ser maravillosa, es cierto, solo cuida lo que estas haciendo. Las  buenas acciones vienen de la mano de los buenos resultados.
Somos el producto de una naturaleza que no actúa por azar, lo que comemos, bebemos y hacemos nos afecta. Aferrarnos a algo afecta, desprendernos también lo hace. Sabemos que reír es más gratificante que el llanto, como también conocemos las cosas que nos hacen bien o daño.  Los deseos nos impulsan, este impulso nos hace actuar, y conforme nuestros actos será nuestra vida. De ahí la importancia de vivir sobre la premisa de los deseos reflexionados y no motivados por el simple impulso.
Mira a tu alrededor, ¿Quién piensas que es el gestor de tus júbilos y tristezas?
Por supuesto, Dios, te puso en este mundo, pero ahora ve y mírate en un espejo y encontrarás al único responsable de tus emociones y sentimientos. Conviértete en observador de tu propia vida, toma el control, y dirígete hacia donde quieres ir.
No te hagas esclavo de condicionamientos y miedos, recuerda que cada crisis está ahí para ayudarte a crecer.
Olvídate del azar o la suerte, quien decide es tu libre albedrío. Tenemos lo que  creamos y nada es casual, no hay acontecimientos fortuitos.  Todo ocurre como un proceso que depende de nuestra conciencia, y nuestras decisiones.

jueves, 17 de enero de 2013

Valorar a los demás


Si eres de los que nunca valora a otros, irás por el mundo creyendo que nadie te valora a ti. Sin duda lo que sale de tu boca dice quien eres.
Ver con buenos ojos a quienes te rodean es un indicador de que tan feliz, activa, y estable es tu vida. Si eres de aquellos que no critica sino que educa, no juzga, por el contrario apoya y orienta; es muy probable que vivas a gusto y tranquilo.
Lo que dices a los demás, en el mundo del subconsciente, es lo que piensas de ti mismo. Una percepción positiva del resto de las personas, indica el grado de satisfacción con nuestra propia existencia. Cuando percibes positivamente a otros, siendo feliz, optimista, sociable, estás fortaleciendo tu personalidad y creciendo emocionalmente.
Valorar a las demás personas, redunda en la obtención de información que es necesaria para nuestro desarrollo social; de algún modo es dar lo que recibes. Eres una personada bien adaptada al entorno, y te haces más atractivo a los ojos de los demás.
Vivir y dejar vivir, enseñar lo que sabes, desdeñar las exigencias y compartir los sueños de otros; es lo que nos distingue socialmente y mantiene el equilibrio de cada relación.
Tomar siempre las criticas como una enseñanza positiva, leer (y en esto soy persistente), puesto que mejora tus conexiones neuronales, te torna mas abierto y amplia tu vocabulario. Disfrutar de las bromas sean buenas o no tanto, agradecer a Dios por cada nuevo día, y por las noches de sueño. Disfrutar de los juegos, como eso, como juegos y no como batallas épicas. Ceder el puesto en la fila o dejar adelantar otro coche ¿Para que tanto afán? ¿A dónde crees que te diriges? No ocuparte tanto de tu físico ni el de otros, hasta rayar en el narcisismo y la critica. Alegrarte cuando tus familiares, pareja, amigos y compañeros obtienen un logro. No olvides que los peores sentimientos que existen son los celos y la envidia. Sentir que puedes ser tan agradable como otros, disfrutar los pasatiempos por sencillos que estos sean, hacer las cosas que deseas y dejar que los demás también lo hagan.
Confirmar siempre al otro, reconocerlo, considerarlo; tenerlo en cuenta, haciéndole entender que es importante, en una reafirmación relacional de su existencia. Escuchar sin interrumpir, dar respuestas relevantes y concretas, apuntar hacia el norte de su conversación, mostrar interés.
Valorar las cualidades de las personas, aceptar y refrendar sus pensamientos, sueños y expectativas. Mostrar afecto, no amor enfermizo y posesivo; desarrollarse en una relación de igualdad con aquellos que están a nuestro lado. Nutrir la relación con los demás, haciéndoles sentir nuestra estima hacia ellos. Socializar y enseñar las normas de esa socialización, proteger y apoyar. Hacer saber a las personas que las entiendes, que son importantes para ti, que sabes que existen y reconoces aquello que hacen bien.
 Aun cuando no entiendas la conducta de otros, es posible acercarte a ellos y saber la causa de su comportamiento, esto es parte del dialogo, de la forma en que nos relacionamos en medio de creencias, paradigmas y representaciones mentales. Recuerda, la verdad es un universo en tornasol con  múltiples matices. No supongas respecto de otros, no programes sus respuestas, no impongas, ni idealices; porque las falsas expectativas pesan mucho. No adjudiques valor a las personas como si se tratara de objetos. Todos tenemos atributos valiosos y el derecho a alegrarnos, entusiasmarnos, motivarnos; llenarnos de esperanza, ilusión, risas. Aun cuando tú no estés del mismo ánimo.
Minimizar o ignorar los efectos de las ilusiones ficticias que a veces construimos, es necesario para continuar nuestro camino. Distinguir las virtudes de otros desde perspectivas reales es fundamental para evitar estos vahídos emocionales. Descubrirnos tal y como somos, sin publicidades engañosas respecto de nosotros mismos; sin generar expectativas de lo que no será. Proveernos de la realidad en su forma más simple, es el mejor regalo que podemos dar. Juzgar en la justa dimensión, si es que nos vemos impelidos a hacerlo; siendo siempre ecuánimes y sobretodo, saber valorar a los demás y aprender a entender como son.
¡Hazlo! La vida será mucho mejor.

miércoles, 16 de enero de 2013

Mejorando Nuestro Dialogo Interno


¿Hablas contigo mismo? ¿Cada cuanto lo haces?

Hablar contigo mismo, no es otra cosa que escuchar esa voz interior que a veces te aconseja, cuestiona o apoya y que incluso llega a parecer otra persona.
Todo el tiempo estamos hablando con nosotros mismos, sobre lo que anhelamos, hacemos y buscamos. Y este dialogo incesante tiene un profundo efecto en nuestras vidas. Es contigo mismo con quien más hablas.
Casi la mitad del día mantenemos un fluido dialogo mental, compuesto por pensamientos y afirmaciones. La pregunta es ¿Qué tan positivas son?
Hablar contigo mismo está relacionado con tus metas, objetivos y logros; por ello es importante tener en consideración ese dialogo, haciendo de nuestra mente una verdadera aliada. Tan simple como pueda parecer, el dialogo interno juega un papel relevante en nuestra respuesta emocional ante el entorno. En la manera como planificamos nuestra vida y alcanzamos metas.
Esta comunicación subconsciente está presente cada vez que tomamos decisiones o decidimos no hacerlo, y su apoyo es crucial, podríamos afirmar que más que cualquier otro.
Cuando dejamos que esa voz interior tome total control, o por el contrario, cuando no la escuchamos en absoluto;  podemos vernos enfrentados a decisiones erróneas o inseguridades.
De ahí la importancia de mantener un dialogo fluido, en una relación equilibrada de objetividad y positivismo que facilite los procesos mentales que nos llevan a la consecución de objetivos.
La mejoría de esta relación contigo mismo es fundamental en el manejo de las emociones, y tener la mente como aliada te llevara a un estado ideal en la toma de decisiones; aportando tranquilidad y confianza en nuestras capacidades. No desfallecer, ser perseverante y continuar avanzando.
¿Sabes como piensas? ¿Conoces realmente la forma en que fluyen tus pensamientos? ¿Cuanta seguridad hay ellos?
Con solo hacer el ejercicio de ver las cosas de mejor manera, para empezar durante una semana, verás lo tremendamente positivo que puedes llegar a ser, y como fácilmente desdeñas las pequeñeces que obstaculizan tu camino.
Al interior de tu cabeza habita una persona que te puede ayudar a ser mejor, a tener éxito, a intentarlo de nuevo, a disfrutar lo que haces.
Empieza a forjar tus credenciales ilimitadas hacia las metas que sigues, fortalece tu carácter, toma decisiones y actúa; escúchate y sabrás que puedes lograrlo.
Mejora tus pensamientos, sé decidido, dejando atrás la costumbre y el hábito.
Repite cada día que puedes ser mejor, dedica tiempo a tu mente y escucha lo que ella tiene para decirte. Lee un buen libro para compensar a tu voz interior, ella te lo agradecerá, y de seguro te premiara por ello. Sé innovador,  rodéate de influencias positivas, moldea tus pensamientos, y construye una relación fluida con esa persona que habita en tu mente. 

martes, 8 de enero de 2013

Vibración del Pensamiento e Interrelación


El universo funciona como un todo interdependiente, en el cual cada movimiento o vibración es conexo a la raíz de todo, ese algo que llamamos Dios, y al cual adjudicamos diversos nombres. Todos los seres vivos estamos relacionados con esta fuerza y a su vez interrelacionados entre nosotros mismos. Como una gran red de conciencia global. 
El pensamiento es una forma de vibración energética, nada puede ser ni manifestarse sin la acción de las diversas formas de energía y las leyes que las gobiernan.
Todo anhelo, sueño o expectativa acciona determinadas vibraciones mentales, puesto que es la mente la fuente creadora de cada pensamiento, por consiguiente, también de toda realidad; manifestada por medio del vehículo físico llamado cuerpo, que a su vez es impulsado a actuar por la manifestación de esa vibración conductora. Por cabal deductiva, cada pensamientos bueno o no, genera un resultado equivalente constructivo o destructivo.
Como sabemos las leyes de la naturaleza no pueden medirse sobre la báscula de lo bueno o lo malo, la naturaleza simplemente es y funciona; se altera ante nuestro accionar e incluso recobra su armonía a través de lo que es a nuestros ojos, fenómenos naturales. Por consiguiente, cuando el ser humano fuerza  su entorno en el espíritu de la oposición a las leyes naturales, estas terminan por volverse en su contra. En una manifestación natural de su funcionamiento armónico.
Es el hombre quien evalúa estas manifestaciones vibrantes como buenas o no, constructivas o no; puesto que generan en él un efecto en el mundo de la acción desde la perspectiva de su pensamiento; como el resultado de una actividad con efecto positivo o inverso.
Existen dos vías en las cuales se manifiesta la vida, pensamiento y acción; ambos provenientes de la misma fuente de vibración, expresada de manera limitada o amplia, según el caso. Dentro de las cuales se genera una serie de matices, de acuerdo a la respuesta cognitiva de cada uno. Algo así como una gama que va del rosa al gris, conforme el resultado.
Amor, odio, camaradería, egoísmo; voluntad, aflicción, empatía, rabia. Todos ellos sentimientos sujetos a un análisis previo e inseparables de la condición de estimulo que generan: pensamientos oscuros o límpidos, actos infames o memorables. Toda una gama de reacciones de un nivel determinado de vibración.
Todo pensamiento determina un volumen de vibración, toda vibración conduce a una acción; incluso la inacción misma lo es. Y es ese retorno de onda que viaja de la fuente de origen, hasta el impulso y torna en forma de conclusión, satisfacción, enojo, vergüenza o alegría.
Como toda vibración, algunas tienen un carácter diáfano, simple, fluido; otras por el contrario están contaminadas por prejuicios, paradigmas, reflexiones etéreas y ligerezas simplistas.
Las fuerzas vibratorias influyen, claro, en la forma de las construcciones metales denominadas pensamientos, y pueden dejar en el individuo y en otros una huella permanente.
Las vibraciones de orden positivo elevan la jurisdicción espiritual, es decir, fortalecen el ser. Primero desde el ámbito de los pensamientos y de ahí, hacia el vehículo físico, y son reconocibles en la forma de salud y raciocinio; la calma en medio de la actividad.
A medida que estas vibraciones se fortalecen, se unen a su vez con otros campos vibrantes presentes en la naturaleza, en el mundo y mas allá de este, en el universo rebosante de vida. Esto hace que se fortalezcan gracias a su condición de interdependencia, el objetivo no es otro que regresar a la fuente original robustas de poder, salud, éxito y felicidad.
Es innegable que ondas de vibración como el amor, empatía, bondad; esperanza, valor y buena voluntad generan diversas clases de energías vibrantes similares, que estimulan movimiento, crecimiento y búsqueda. Es la vibración del alquimista que convierte al mundo en riqueza a su paso, sin cargar consigo una sola moneda.
La vibración positiva encuentra siempre a su símil, y unidas se enfocan hacia un pensamiento interrelacionado, una idea de comunión, benevolencia y bienestar.
De algún modo podríamos comparar la mente con un generador de corriente, convirtiendo en energía eléctrica la de otra naturaleza que recibe y retrasmite en formas de ondas a otros terminales. El hombre envía sus frecuencias de vibración y a su vez, recibe el retorno de otras; fortaleciendo el vínculo con aquellas con quienes encuentra afinidad.
Expresado de otra forma nada puede llegar al hombre, si el mismo no está acorde con ello en su vibración mental, naturaleza, deseos y pensamientos. Quien está siempre alerta, preparado y optimista, vibrará en la misma frecuencia de otros símiles a él y esto hará de todos una forma de pensamiento elevada; convirtiéndose cada uno en incentivo para otros, acrecentando su fuerza y volumen vibrátil. 

sábado, 5 de enero de 2013

El Poder de Las Frases y los Gestos


Los grandes nombres de la historia, están generalmente asociados a una frase o un acto, cuyo contenido ha sido capaz de cambiar el curso de la humanidad; salvar vidas, inspirar luchas. No cabe duda que la palabra y los gestos tienen un poder enorme, que convertido en frases y hechos hace girar al mundo.
¿Pero que hay de esas frases y acciones cotidianas? De aquellas que se dicen o se callan, se hacen o se evitan; las que vienen provistas de mentiras o verdades. Las que no debemos buscar al interior de un libro para sentirnos conmovidos, alegres, tristes, afectados o motivados.
Esa palabra y ese gesto que brota de los labios de tu hijo, pareja, padres, amigos o vecinos.
Realmente ¿Las personas hacen una pausa, antes de dejar escapar aquellas letras que emergen del fondo de su garganta y en forma de sonidos instituyen palabras y frases? O ¿Meditan antes de fruncir un seño, lanzar una bofetada o brindar una caricia?
Si todo lo que debió decirse se hubiera dicho y todo lo que tuvo que obviarse se hubiera contenido ¿Seria diferente el mundo? Cuando menos el mundo común, el de esas personas que encuentras cuando vas por la calle.
La importancia de expresar con claridad los sentimientos y de entender los que llegan a nuestros oídos; a nuestra piel y labios, es esencial para vivir una vida plena. Ser consecuente con lo que guardas en el cofre de tu mente y regalas a otros, porque una moneda dorada no necesariamente es de oro; por mucho que quieras hacerlo creer a otros.
Si las personas se habituaran a escuchar y sentir la verdad, esa que surge simple y diáfana; ni buena ni mala, sino honesta. La frase que incomoda pero es cierta, el halago que se brinda sin presiones ni pretensiones. El abrazo pleno de calidez, la mano que se libera.
¿Acaso no sería mas sano el mundo, si dentro de una actitud madura y positiva, pudiéramos vernos a los ojos diciéndonos las verdades más hirientes o las más estimulantes?
No siempre escucharás lo que querías, y seguramente te tomará por sorpresa aquello que no esperabas oír. A veces quienes te rodean no reaccionarán como calculaste, pero el mundo está hecho de esas cosas. Es la sorpresa en si lo que lo hace tan valioso.
Un te amo o un no te quiero, puede ser igual de estimable y necesario para una persona, como un hasta luego o una bienvenida.
Aprender a expresar nuestra verdad sin evasivas, con la confianza de no engañar a otros y mucho menos a nosotros mismos, es completamente necesario. No existen pequeñas y piadosas mentiras ¿Acaso te gusta que te engañen? Si es así, te recomendaría visitar a un psiquiatra, porque querer disimular el mundo a fuerza de frases falsas e intenciones adornadas es un problema de autoestima.
Asume el riesgo de ser consecuente, directo y expresar tus emociones; de no ocultar tus verdaderas intenciones, y exigir ese mismo respeto a quienes se relacionan contigo.
Establece tus límites para no caer en un cosmos de mentiras, y cuando te equivoques acéptalo. Aprende a decir no, y en la misma medida asume que actúas por tu propia cuenta; que nadie puede obligarte a nada, así como tú no obligas a otros. Entenderás que las puertas que se abren son el camino elegido por tu conducta, y aquellas que no, de cualquier modo, jamás estarían abiertas.
Aplica en tu vida la etiqueta que consideres necesaria, con toda la libertad de expresar aquello que te gusta o en los aspectos que difieres.
Las palabras y los gestos vacíos son semillas estériles en medio de un desierto. Claro, podrás decir que siempre hay alternativas, o que existen las mentiras piadosas que en ocasiones hacen menos daño. Te diré algo, es mentira. Porque aun cuando pueda existir más de un camino, no podrás tomarlos todos al mismo tiempo, así funciona la vida.
Que el silencio es salud, quizá, pero no decir la verdad es llenarse de mentiras. No necesitas hablar para que tus gestos delaten tu conducta.
Admite siempre quien eres y siéntete orgulloso de ello, comprende que el poder de tus frases y gestos es el poder de tu vida.  

miércoles, 2 de enero de 2013

Año Nuevo, Vida Buena


Comienza un nuevo año y los buenos propósitos están a la orden del día. Cambios, crecimiento, sueños y expectativas por cumplir. Lo importante, por supuesto, es que la mayoría de estos propósitos lleguen a cristalizarse. Y no queden en el tintero de las buenas intenciones o en palabras lanzadas al aire.
Adelgazar, hacer ejercicio, aprender un nuevo idioma; cambiar de trabajo, iniciar una carrera. Y es que de alguna forma el mensaje psicológico que envía el cambio de año, es a su vez el cambio para nosotros mismos; la modificación de hábitos y patrones de conducta.
El nuevo año nos invita a reflexionar, a replantear nuestra realidad, a dejar a tras una vida rutinaria, a interiorizar anhelos.
Es importante entender durante el inicio de cada nuevo año, lo que queremos para  nuestra vida, establecer metas e ir a por ellas. Dejando de lado la existencia plana, que debe quedar en el recuerdo de los pendientes que dejó el año que se va.
Debemos también entender que un año puede no ser suficiente para alcanzar estos renovados propósitos; puesto que algunos de ellos serán a mediano y largo plazo. Recordemos que llegar a cada meta es un ejercicio de perseverancia.
De modo que si tu intención es verte mejor físicamente, no dudes iniciar hoy mismo en el gimnasio y cambiar tus hábitos alimenticios, no esperes a que decaiga el envite. Ve a la librería, la biblioteca o la red para retomar el sano habito de la lectura. Empieza por aprender un nuevo idioma, incluso la web ofrece de forma fácil y económica oportunidades acordes a este propósito. Busca ese asenso que tanto anhelas, mostrándote proactivo e interesado en tu compañía. Comparte nuevas aventuras con tu pareja, o toma la decisión de salir de una relación agobiante. Pasa más tiempo con tus hijos, hermanos y padres.
Ve por el éxito en lo que quieres, cumple tus metas; convierte las buenas intenciones en hechos. Ten claro hacia donde te diriges, cuales son tus posibilidades reales; guíate hacia tu objetivo con valor, decisión y entereza. Veras como es posible llegar a tus ideales.
Reconoce el camino, las circunstancias y personas que te impulsaran en este nuevo año. Recuerda igualmente que toda necesidad de cambio es una clara indicación de autoestima; de que quieres y puedes se mejor. Por eso establece tus propósitos sin temor, haciéndolos alcanzables, satisfactorios. Descubrirás el mundo de oportunidades que trae consigo cada inicio de año.
Valora lo que lograste o dejaste a tras, haz que las decisiones que tomaste en aquel tiempo que se convierte en recuerdos, valgan la pena y sean el impulso para nuevos retos. De igual modo ve a tu máximo y exígete un poco más cada mañana; la satisfacción de hacerlo es el verdadero trofeo de los triunfadores.
¡Vamos, comienza un nuevo año! Una nueva oportunidad, un camino de aventura que te espera.