Las Afirmaciones Racionales

La forma en que “vivimos” los acontecimientos cotidianos. Envía a nuestro cerebro una descarga emocional que genera una determinada respuesta. Sin embargo, buena parte de nuestras reacciones, emociones y conductas; están influenciadas por creencias, enraizadas en lo profundo del pensamiento. Y desde ese “supuesto” acerca del funcionamiento de las cosas, parten las afirmaciones racionales o irracionales. Las primeras traen un estimulo positivo para el crecimiento y el desarrollo de la madurez: “me gustaría que…” “preferiría que…” “quisiera que…”. Las segundas absolutizan y se rigen por creencias inamovibles: “debería…” “tendría que…” 

Cuando por alguna razón no se logra cumplir los objetivos. Las emociones liberadas tienen un porqué constructivo. Básicamente, instruir a la persona en la consecución de metas; en la superación de obstáculos, y en la adaptación de escenarios inesperados. 

Cuando no hay una adecuada salud psicológica, el individuo no logra afrontar la inquietud, el desasosiego, o la tristeza; como emociones normales y necesarias. Sino que por el contrario las sobredimensiona al extremo de convertirlas en emociones negativas insanas. Veamos algunos ejemplos:

Usted puede Sentir	No debería Sentir
INQUIETUD: esta emoción está asociada a la creencia: “Desearía que eso no suceda” “Espero que no ocurra”	ANSIEDAD: asociada a la creencia: “ Esto no puede pasar” “No tiene porque ser así”
TRISTEZA: “No salió como esperaba, pero era una probabilidad”	DEPRESIÓN: “No puede ser, esto no debió pasar”
DOLOR: Es el reconocimiento de un acto propio cuestionable “Quisiera que no fuera así, fue una equivocación”	CULPABILIDAD: la persona se juzga a si misma “No debí hacerlo, soy un malvado”
DESILUSIÓN: Se presenta ante un comportamiento necio o errado, pero se acepta que nadie exento de un error.	VERGÜENZA: La persona se antepone a la reacción de los demás, cree que será duramente juzgada.
DISGUSTO: Se da cuando hay diferencias de principios o normas en el actuar. Pero no se condena al otro.	IRA: La persona considera que el otro debe regirse por las normas que el considera valederas.

Siempre hay un mejor modo de ver el mundo, sin rayar en el melodrama.