La lealtad que trae consigo la cooperación, el querer y saber ayudar a los demás, compartir de manera justa y acatar las normas establecidas. Son algunos aspectos de las relaciones humanas, que conllevan a la interdependencia y bienestar individual y general. Es esto, precisamente, lo que nos hace humanos; la capacidad de relacionarnos y cooperar.
De ese modo cuando favorecemos las necesidades de un grupo, y nos ocupamos de nuestro adecuado aporte y función al interior de este; respetando las reglas y contribuyendo a su fortalecimiento. Estamos siendo solidarios, confiando en otros, al tiempo que nos hacemos fuertes.
Instintivamente, el ser humano confía en los demás; pero es su contacto con los prejuicios y tendencias sociales lo que conlleva a conductas aprensivas, juicios de valor; desconfianzas y recelos. Sin embargo, la mayoría de conexiones neuronales de nuestro evolucionado cerebro, están encaminadas a la interacción con otros y no a ser eficientes individualmente.
Es plausible acertar el declive de las diferentes sociedades humanas, con el surgimiento de la agricultura y el comercio; cuando la difidencia obliga al productor a tener que proteger los excedentes de producción o capital. Lo cual a la postre derivó en el armamentismo, opresión y violencia.
La tendencia actual de la mayoría de sociedades, dadas a concentrar el poder en grupos políticos y capitales reducidos y cerrados; no es mas que una tendencia primitiva. Reflejo de los primeros grupos poblacionales humanos; regidos por un macho protector y por su propia necesidad de tenerlo.
Sin embargo, la herramienta más útil del ser humano, sigue siendo su inteligencia. Máxime si esta apunta a conductas solidarias, que propendan el bienestar colectivo. Es el momento, bien sea, de regresar a las formas primitivas de nuestra naturaleza, o por el contrario, desarraigarnos de esos comportamientos instintivos de antaño, y potenciar ese algo que hace miles de años nos diferenció de otras especies.
Necesitamos estructuras sociales, que partan de la propia iniciativa del individuo común. Las cuales una vez fortalecidas, motiven el espíritu cooperativo e impacten positivamente en la institucionalidad.
¡Señores, es momento de estar unidos!
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