Tener confianza en ti mismo, en tus habilidades, en las cualidades de tu carácter y en tu capacidad de afrontar retos. Todo esto acompañado de una alta autoestima, te puede garantizar que las metas que persigues muestren los resultados que buscas; esto si además añades a tus habilidades naturales, un enfoque realista y un esfuerzo sostenible en el tiempo. Concentrarte en tu objetivo y crea una personalidad orientada a resultados; reconociendo que siempre existe un riesgo, cuando se busca un sueño. Pero al mismo tiempo teniendo la habilidad de calcularlos previamente, haciendo un análisis concienzudo del entorno y sobre todo; tomar decisiones. Avocarse a la acción y saberte dueño de tu destino, automotivarte, ser independiente y saber que el éxito se logra con esfuerzo, perseverancia; imaginación y actitud. Y que la suerte y el azar, nada tienen que ver con ello.
Es fundamental en cada labor que emprendas, ser consiente de lo anteriormente expuesto. Una alta autoestima, tomar riesgos, desarrollar una mente inquieta; desterrar pensamientos negativos, tomar las riendas te permitirá ir tras tus metas.
Mientras estés vivo, realmente no existe ninguna razón lo suficiente poderosa como para impedir el logro de tus metas. Sin embargo, es primordial creer en ello, abrir la puerta a nuevas posibilidades; conocer personas, rodearte de un ambiente positivo, y tener una enorme capacidad de decisión. Hacer un solo intento, probablemente, no te lleve a ningún lado. Debes entender que los tropiezos en todo emprendimiento que inicies son parte del aprendizaje y fortalecimiento del mismo; potencia tus habilidades, aférrate a tus convicciones y no desfallezcas.
Todos hemos recorrido hasta ahora un camino, y son las enseñanzas de este, herramientas útiles, que podemos usar a nuestro favor. Si quieres iniciar un proyecto, identifica las necesidades de mercado, tus clientes potenciales; las quejas de la comunidad respecto de un producto o servicio. De igual modo, mira a tu alrededor, en tu circulo social, quienes son, y a su vez, a quien conocen. Fija una meta y calcula el riesgo; aprovecha las coyunturas, forma sociedades útiles. No seas un ermitaño empresarial, busca vínculos productivos, sé proactivo; adelántate a los acontecimientos. Ajusta y modifica tu estrategia cuando se requiera, recibe la información del entorno, escucha las ideas de quienes te rodean; no lances ideas al aire, busca siempre llevarlas a cabo; mantente abierto a modificar tu proyecto, e incluso la forma de desarrollarlo. Y recuerda:
Actúa, siempre actúa, porque el emprendimiento es una cuestión de actitud.
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